viernes, 28 de noviembre de 2008

Mejor no hablar...

Hoy, viernes 28 de noviembre de 2008, mejor no hablar de este calor que nos está matando. Ayer la sensación térmica superó los 40 grados, la marca más alta para un noviembre. Como no podía ser de otra manera, en Capital y Gran Buenos Aires hubo cortes de luz, y casi 50 mil usuarios debieron sufrir el calor más el corte. Mientras las empresas se lavan las manos como siempre, ahora se espera una lluvia milagrosa que aplaque un poquitín la temperatura…

Mejor no hablar de encuentros cumbre. Ayer en la Casa Rosada se reunieron Cristina y Bergoglio. La Presidenta y el cardenal, en un clima cordial, intercambiaron gestos y hablaron del impacto de la crisis mundial en la Argentina. Preservar el trabajo fue la principal coincidencia. Y si la cosa viene tan complicada como dicen, hasta la Iglesia deberá hacer un esfuerzo y tomar gente… Panchito, preparate un curriculum para Bergoglio.

Mejor no hablar de acuerdos para emparchar la crisis. Señoras, señores, los petroleros congelan sueldos a cambio de que no haya despidos. Los gremios petroleros, las empresas del sector, la Nación y las provincias firmaron un acuerdo que implica el congelamiento de la discusión salarial, una "paz social" sin paros, que no haya despidos ni suspensiones y tampoco subas de impuestos. Y este modelo podría repetirse en otros sectores.

Mejor no hablar de la Buenos Aires Underground que se viene. Por ley, autorizaron la construcción de 37 playas de estacionamiento. Deberán ser subterráneas y la mayoría estará en los barrios. Cumplirán dos funciones: unas podrán usarlas los vecinos y otras las destinarán a quienes llegan desde el GBA. Las empresas que las construyan podrán explotarlas durante 20 años. Quiero construir yaaaaaaaaa una de esas… Pancho, olvidate de la Iglesia, compra un par de palas y empezá el pozo…

Mejor no hablar de un día de furia. Ayer, un vecino marplatense, llamó a la Inspección General y anunció que, ante la falta de respuesta a su reclamo contra un taller que generaba ruidos molestos, iba a ir a destrozar la sede con una maza. Poco después, el hombre se presentó con una maza de grandes dimensiones y, tras advertir a empleados y contribuyentes que se retiraran, comenzó a romper todo. Terminó detenido algunas horas. Parece que lleva 7 años pidiendo soluciones y hasta ahora la maza fue lo más efectivo.

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