Hoy, jueves 9 de octubre de 2008, mejor no hablar del dólar, el bendito dólar que vuelve a ser una pesadilla… Ayer tuvo que intervenir con fuerza el Banco Central para evitar la suba de la moneda verde, que cerró a $3,24. La demanda creciente de la divisa obligó a la entidad a vender más de 300 millones de pesos en el mercado. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, sostuvo que la cotización está "a aun precio razonable y controlado". Pero cuidado, porque en cuestiones de dólar y de amor, la locura del corazón nunca entiende a la razón…
Mejor no hablar de cómo la crisis nos va cercando. El efecto “jazz” pega duro en Brasil y acá ya empieza a sentirse. El real se devaluó 31% en los últimos dos meses. Esto agravará la desventaja de la Argentina en el intercambio comercial. Y llenará de argentos las playas de Florianópolis…
Mejor no hablar de segundas partes, que nunca fueron buenas. Ayer, con menos convocatoria en las marchas terminó el segundo paro del campo. Hubo apenas 5.000 productores en San Pedro y poca gente en el Congreso. Los principales dirigentes pidieron que el Gobierno ponga fin a la larga pulseada política con el sector. Pero avisaron que podrían "volver a las rutas" en cualquier momento.
Mejor no hablar de una noticia espantosa. Ayer detuvieron en Pablo Podestá a una mujer por prostituir a sus tres hijas. Las chicas, de 11, 13 y 16 años, son de Misiones. La propia madre las llevó a un prostíbulo en complicidad con el hombre que manejaba el lugar, que ahora está preso. Las chicas ya fueron rescatadas, como ojalá rescaten a cada una de las chicas raptadas con este fin…
Mejor no hablar del brazo largo de la ley. Atención, porque es la famosa historia del ladrón de gallinas que paga más que los ejecutivos que están volteando el planeta. Un menor de edad quedó al borde del juicio oral por robar golosinas y galletitas de un maxikiosco de Villa Urquiza. El menor está acusado de robar "dos cajas de Tita, dos de Rhodesia, tres bolsas de caramelos Arcor, tres cajas de Bonobon, una de alfajores Dulce Reina, cinco paquetes de galletitas Sonrisas, cinco de Merengadas, cinco de Mellizas y cinco de Diversión". Semejante delito podría costarle la pena de hasta 10 años de cárcel…
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